Cuando se trata de tarimas de madera, las opciones son casi infinitas. Sin embargo, una opción popular entre los propietarios de viviendas actualmente es la tarima flotante. Este tipo de suelo, también conocido como parquet flotante, es conocido por su instalación rápida y sencilla. Además, puede ser instalado sobre una variedad de superficies, incluso sobre suelos de baldosas o hormigón existentes.
El parquet flotante ofrece la belleza de la madera auténtica con una mayor resistencia al desgaste y a la humedad. A diferencia de la tarima tradicional, el parquet flotante no se clava ni se pega directamente al suelo. En su lugar, los tablones se encajan entre sí, creando una superficie «flotante» sobre la base. Esto no solo facilita su instalación, sino que también permite un fácil reemplazo de los tablones dañados.
Otra opción para considerar es la madera maciza. Este tipo de tarima es conocido por su durabilidad y resistencia. La madera maciza puede ser lijada y pulida varias veces, lo que la hace ideal para aquellos que buscan un suelo que pueda resistir el paso del tiempo.
Además, la madera maciza proporciona un valor excepcional a largo plazo, ya que puede durar décadas con el cuidado y mantenimiento adecuados. Aunque puede ser un poco más cara y difícil de instalar que la tarima flotante, su belleza natural y durabilidad hacen que valga la pena la inversión.
Finalmente, uno de los mayores beneficios de optar por las tarimas de madera es que son fáciles de instalar. Ya sea que elijas parquet flotante o madera maciza, ambos tipos de suelos pueden ser instalados con herramientas básicas y algo de habilidad manual.
Además, muchas tarimas vienen con instrucciones detalladas de instalación, lo que facilita la tarea a los propietarios de viviendas que prefieren hacer las cosas por sí mismos. Sin embargo, si no te sientes cómodo instalando el suelo tú mismo, siempre puedes contratar a un profesional para que lo haga por ti.